No me queda claro si atribuimos a este día el cumpleaños de nuestra tierra o simplemente es el día que quedó acuñado por la ONU en su Asamblea de 2009 como epílogo de lo realizado por aquel senador Gaylor Nelson, de Wisconsin en la década de los 60 pionero del ambientalismo.
Lo cierto es que con sus jóvenes 4.543 millones de años, nuestro planeta hoy sigue rotando a unos 1600 km/h para en casi un día dar una vuelta completa. Además se traslada en casi un año en una órbita alrededor del sol de unos 940 millones de km a una velocidad de 107.227 km/h. Nuestro Sistema Solar se desplaza entre unos 20 a 370 km/segundo entre las 200.000 millones de estrellas que componen la Vía Láctea. A su vez ésta forma parte junto a otras 40 Galaxias el denominado Grupo Local y es la segunda mas grande tras la de Andrómeda.
Esto para situarnos y como ayuda local aquella última fotografía realizada por la Voyager antes de salir con sus 6.500 millones de kilómetros realizados cuando a instancias de Carl Sagan giraron la cámara para obtener la última visión del planeta, el famoso «punto azul».
Nuestra especie nace hace 2.5 millones de años y a 2018 habitamos en casa 7.594 millones.
A lo largo de la historia de nuestra humanidad, varias son las pandemias o fenómenos climáticos que diezmaron civilizaciones o formas de vida. En nuestra era de guerras y hambrunas también nos llegó la nuestra y hoy el planeta humano convive con estupor y una razonable muestra de miedo esta última avanzada en forma de virus que nos sitúa en el aislamiento de nuestras casas.
Es un detalle que no debemos pasar por alto, ya que la soledad del confinamiento ofrece un escenario aunque no deseado, único, para la introspección y reflexión sobre el modelo de vida que queremos tener y sobre que sociedad queremos crezcan nuestros hijos.
Como ya puse por allí…..
La carrera evolutiva es dependiente del aprendizaje como posibilitador y este unido a la pregunta.
Este es el ciclo. Sabemos ahora que la pregunta nace unida a la respuesta solo que esta última se encuentra en un plano subconciente . El «para qué» nos preguntamos, viaja unido al impulso del destello divino que poseemos en nuestro plano terrenal. La aceptación, inherente a la maduración, completa esta energía para que nos sea develado el camino.
Es este un momento no deseado e irrepetible para aprehender este presente y hacernos dueños de nuestros pensamientos y sentires, Es este momento y no otro el que estamos viviendo, y seremos protagonistas en tanto despejemos las dudas sobre nuestro futuro, generador y motor de ansiedad y miedo por el supuesto escenario de falta de control por parte de nosotros de lo que pueda devenir.
NO controlemos nada, este vocablo es inconveniente a nuestra psique, da por hecho el descontrol de algo….. y este término desencadena ríos emocionales que vierten sus aguas en sentimientos de duda y lucha, cuando lo que se trata es de agradecer, como nunca, el milagro de ese día a día de estar vivos.
Celebremos nuestra tierra, no hoy solamente, cuidemos de nuestra casa. Es la que habla de quienes somos.
El momento colectivo que tanto esperamos y exigimos es un momento individual, de proceso, de encuentro, de perdón y aceptación, de afirmación de que somos parte de un todo y que ese TODO ES PERFECTO.
DIA DE LA TIERRA
